Desde el año 2012, una nueva terapia no medicamentosa fue incluída en las Guías Europeas Urológicas, como el estándar de oro para el tratamiento de la disfunción eréctil. El tratamiento no tiene contraindicaciones, no requiere anestesia y no tiene efectos secundarios. El paciente adecuadamente evaluado, recibe la dosis de acuerdo al grado de lesión peniana.
A través de la aplicación local de ondas electrohidráulicas (ED1000 de Medispec), se estimula a las células madre aumentando el número de arterias dentro del pene, regenerando el tejido y mejorando la actividad nerviosa. Los estudios de seguimiento muestran que, asociada a una
alimentación saludable y a un cambio positivo en los hábitos, la terapia es efectiva en cerca del 70% de pacientes aún después de dos años luego del tratamiento.
Durante estos tres años de experiencia en Ecuador, observamos que el 81% de varones que llegaron a consulta tenían más de 40 años. El colesterol alto (73.2%), los triglicéridos elevados (34.1%), la hipertensión arterial (36.6%) y la diabetes (24.4%) fueron las enfermedades más frecuentemente asociadas a la disfunción eréctil (impotencia). El estrés se presentó en el 29.3% y las alteraciones de la testosterona en el 9.8%. La ausencia de erección matutina fue un factor diagnóstico en el 71%.
Antes de recibir el tratamiento, el 66% de los pacientes no lograba una erección suficiente en sus encuentros sexuales y el 34% lograba tener una erección que no duraba lo suficiente como para terminar el acto sexual. Luego del tratamiento con ondas de choque, el 95% de los pacientes alcanzaron erecciones adecuadas para lograr una relación sexual satisfactoria y el 37% de los pacientes no requirió pastillas al final del tratamiento. Un tercio de los pacientes con disfunción severa, comúnmente candidatos para recibir un implante de pene, presentaron una mejoría significativa luego del tratamiento, evitando así una cirugía costosa y traumática. Las investigaciones apuntan que el 90% de varones con disfunción transitoria, no requiere medicación posterior.
En resumen, el tratamiento con ondas de choque de baja intensidad, mejora a los pacientes con una disfunción diagnosticada. Pero también revitaliza la erección del varón que no presentan una disfunción establecida, mejorando su autoestima y llevándolo a alcanzar una vida sexual plena, espontánea y sin medicamentos.